Las ideas que construimos sobre el tema
Sería conveniente repensar algunas cuestiones generales para revisar cómo se trabajan y desarrollan las estrategias de lectura en la escuela. Algunos de estos interrogantespodrían funcionar como disparadores para la discusión entre colegas:
- ¿Qué es un buen lector?
- El buen lector, ¿nace o se hace?
- ¿Es lo mismo saber leer en primer ciclo, en segundo, en tercero?
- En la institución, ¿existe una unidad de criterios para trabajar la comprensión lectora?
- En la práctica cotidiana se preparan estrategias para ayudar a los alumnos a ampliar o desarrollar informaciones previas que orienten la aproximación a los textos escritos?
- Los docentes de otras áreas (todas menos lengua), ¿están informados acerca de las estrategias que se utilizan en la escuela para abordar los textos expositivos?
¿Qué bibliografía consultan los docentes para actualizar los conocimientos respecto de este tema? |
No es lo mismo leer que comprender lo que se lee, esto es, poder jerarquizar las ideas, diferenciarlas y relacionarlas entre sí e incluirlas en una estructura más abarcadora que dé sentido global al contenido textual.
Algunas puntas para la tarea en el aula
La enseñanza
Es importante que los alumnos sepan que existen varios tipos de textos, que logren identificarlos y diferenciarlos.
Identificar un texto expositivo supone descubrir que el o los autores pretenden brindar información, explicar un hecho o fenómeno, desarrollar un tema y comprender que, según las intenciones que el autor posea y la temática abordada, se organizará la información en el texto adoptando distintas estructuras.
Al encarar la enseñanza de estrategias para abordar los textos expositivos, sería deseable que los alumnos comprendieran que estas estrategias son instrumentos para llegar a una meta: la comprensión del texto.
El lugar del docente es fundamental en este proceso. Es decir, ofrecer a los chicos la posibilidad de trabajar juntos al comienzo para darles el espacio luego de regular por sí mismos las actividades de comprensión. Con el tiempo y progresivamente, los alumnos podrán ir apropiándose de las estrategias enseñadas por el docente. Para ello, sería deseable que los chicos fuesen partícipes de los objetivos o propósitos que persigue el docente, y conocieran además el sentido y el uso que tienen todas las actividades que se realizan.
Si comprender un texto implica que nuestros alumnos logren descubrir cómo se ordenan , diferencian e interrelacionan las ideas para abordar los textos expositivos, se podría tener en cuenta la siguiente estrategia resumida en cuatro actividades:
- Identificar la progresión temática de un texto . El docente puede orientar con preguntas tales como: ¿de qué habla el texto?, ¿sigue hablando de lo mismo?, ¿de qué trata ahora –en cada párrafo– el texto? Los alumnos deben aprender a hacerse estas preguntas.
- Extraer el significado global de lo que se lee. Esto implica, operar con las macrorreglas descriptas anteriormente. Las preguntas orientadoras podrían ser: ¿se puede quitar algo del texto porque lo sabemos o porque se ha dicho de otras maneras?, ¿hay algo del texto que se pueda considerar como un ejemplo de algo que sabemos?, ¿se puede sustituir todo esto por alguna palabra “nuestra” que se refiera a lo mismo?
- Reconocer la organización interna del texto. Consiste en enseñar a los alumnos a clasificar los textos en torno a las superestructuras básicas: causa, respuesta, comparación, descripción y secuencia. Los alumnos deben aprender a localizar en el texto los contenidos que corresponden a esta manera de organizar la información. Por último, los alumnos deben lograr construir un esquema de acuerdo con el tipo de organización textual.Una vez armado el esquema, debe ser completado con los contenidos del texto. Las siguientes preguntas, que al comienzo pueden ser formuladas por el docente, podrían orientarlos: ¿qué organización de las que conocemos corresponde a este texto o cuál es la que se destaca con más preponderancia?, ¿dónde están en el texto –según el caso– las causas, consecuencias, problemas, soluciones, etcétera?
- Hacerse preguntas . La intención con esta actividad es enseñarles a los alumnos a evaluar por sí mismos la comprensión, formulando preguntas sobre el contenido del texto. Por ejemplo: ¿de qué trata este texto?, ¿qué dice?
Al mismo tiempo que los guía en actividades de comprensión textual, conviene que el docente provea a los chicos de los esquemas y herramientas necesarios para poder interactuar con el texto expositivo.
Para finalizar
Cuando se enseña a leer y a comprender es importante reconocer que es necesario implementar, antes de la lectura, estrategias didácticas que permitan activar los esquemas relevantes para entender el texto específico. Si los alumnos no poseen esquemas suficientes para interactuar con el texto, los docentes deben proporcionarles la oportunidad de ampliarlos o desarrollarlos.
Para desarrollar la información previa que facilite la interacción con el texto pueden realizarse las siguientes propuestas:
- Dedicar un tiempo para que los alumnos conversen sobre el texto.
- Contextualizar los materiales de lectura: es decir, construir saberes en relación con el contexto histórico-social y comunicativo en el que el texto fue producido y es recibido.
- Fijar los propósitos de lectura: es decir, ayudar a los alumnos a situarse frente al texto. En el caso de los textos expositivos, se lee para obtener información, para estudiar.
- Promover la investigación, es decir tareas de búsqueda de información.
- Propiciar anticipaciones a partir del paratexto.
Proponer preguntas, antes de la lectura, para que los alumnos respondan mientras leen.
Para ampliar la información sobre este tema:
Gandolfi, Griselda: La comprensión lectora como contenido de enseñanza. Curso a distancia para docentes. Santillana Docentes, Buenos Aires, 2002.
Sánchez Miguel, Emilio. Los textos expositivos. Madrid, Santillana, Aula XXI, 1993. |