Los fundamentos que no pueden faltar
Los avances en los estudios de la lengua han arrojado un cambio en la concepción que se tenía sobre ella. Se ha pasado de considerarla como un mero sistema de signos, y de relaciones entre ellos, a concebirla como el producto de una actividad. Este nuevo enfoque nos propone mirar a la lengua "en uso" que se da entre hablantes concretos en situaciones diversas y tiene, de hecho, repercusiones en el campo didáctico.
El enfoque al que aludimos es el llamado comunicacional y de éste surge el concepto de competencias comunicativas que incluye varias habilidades. Esto significa que todo hablante realiza emisiones o enunciados en contextos comunicativos diferentes y en cada situación o acto comunicativo selecciona, del repertorio que el sistema de la lengua le ofrece, aquellas posibilidades que más se acercan a sus intenciones. Por ejemplo, ordenar, convencer, solicitar, preguntar, etcétera.
Ahora, ¿cuáles son las competencias necesarias para producir o comprender enunciados adecuados?
Se entiende por competencia los conocimientos y aptitudes que necesita una persona para comunicarse en contextos de comunicación diversos. Por ejemplo: una entrevista laboral, una reunión entre amigos, un pedido formal por escrito, etc., requerirán de diferentes usos de la lengua escrita u oral.
La función de la escuela es favorecer el desarrollo de competencias lingüísticas y comunicativas de los alumnos de manera que se constituyan en hablantes competentes.
Un hablante competente es aquel que logra tanto producir como interpretar enunciados adecuados a la situación en la que participa, que puede valerse de la lengua como herramienta para lograr diferentes propósitos y sabe adaptar su lenguaje a la situación.
Además, puede diferenciar, comprender y producir diversos tipos de enunciados o géneros discursivos tanto escritos como orales de amplia circulación social, como relatos, recetas, noticias, instructivos, informes, etcétera.
La comunicación ocupa alrededor del 80% del tiempo total de los seres humanos. Este tiempo se reparte en mayor medida en las habilidades orales (escuchar y hablar) y en menor medida en las habilidades escritas (leer y escribir).
En cualquier situación, un hablante competente -recordemos la definición expuesta más arriba- utiliza sus competencias comunicativas, pero además, pone en juego otras:
- las que se refieren a los conocimientos acerca de la propia lengua y permiten construir o comprender enunciados gramaticalmente aceptables a partir estructuras sintácticas y reglas gramaticales conocidas.
- las paralingüisticas , referidas a los gestos que acompañan los enunciados orales;
- las competencias culturales , vinculadas con los conocimientos de cada persona sobre el mundo y las competencias ideológicas , que se refieren al sistema de valores.
- las discursivas , referentes al conocimiento que las personas tienen respecto de las características de los textos o de las variedades discursivas que circulan socialmente.
Por ejemplo, cuando proponemos a los alumnos la lectura de un titular de un periódico y les pedimos que anticipen el contenido de la noticia, se ponen simultáneamente en juego competencias lingüísticas, discursivas y culturales. Ellas les permitirán comprender los elementos verbales del enunciado y, además, reconocer que se trata de un titular de diario.
Cuando solicitamos que realicen una producción escrita ajustándose a una tipología textual, también se movilizan estos tipos de competencias.
Es evidente que si queremos trabajar desde el desarrollo de las competencias comunicativas y para ellas, tendremos que incluir en el trabajo áulico una gran variedad de tipos textuales.
Existen múltiples criterios para la clasificación de los textos. De hecho, las tipologías responden a uno o más criterios. Por ejemplo: el tipo de información o el contenido del texto, las estructuras internas o la organización de los textos, las funciones comunicativas en las que se producen, la función del lenguaje predominante .
Vamos a tomar el criterio de clasificación que propusieron Ana María Kaufman y María Elena Rodríguez a partir del tipo de trama y las funciones del lenguaje para determinar una tipología textual.
CLASIFICACIÓN DE LOS TEXTOS POR FUNCIÓN Y TRAMA |
Función |
Informativa |
Expresiva |
Literaria |
Apelativa |
Trama |
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Descriptiva |
* Definición
* Nota enciclopédica
* Informe |
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* Poema |
* Aviso
* Folleto
* Afiche
* Receta
* Instructivo |
Argumentativa |
* Artículo de opinión
* Monografía |
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* Aviso
* Folleto
* Carta
* Solicitud |
Narrativa |
* Noticia
* Biografía
* Relato histórico
* Carta |
* Carta |
* Cuento
* Novela
* Poema
* Historieta |
* Aviso
* Historieta |
Conversacional |
* Reportaje
* Entrevista |
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* Obra de teatro |
* Aviso |
Para identificar y producir una tipología textual es necesario que puedan descubrir que estos constituyen vehículos para las finalidades que los hablantes ejercen a través del lenguaje, que esto determina una manera de organizar y presentar los enunciados y que tienen una función predominante.
Para aprender a comprender y a producir textos hay que interactuar con cada variedad textual en particular. La comprensión y la producción de textos no son habilidades que se desarrollan independientemente del contacto con la variedad textual.