Honestidad + Ejemplo + coraje = ETICA
A
medida que fui creciendo, y daba los primeros pasos, iba así también,
tomando ejemplos. Los necesitaba, como todos los necesitamos alguna vez. Pero
de todos ellos, siempre tomé algo, eso, que nos ayuda a ser mejores personas
cada día.
Mis héroes no eran "Superman" o "la mujer maravilla"
que todo lo podían con sus increíbles trajes... no, esos no.
Mis héroes fueron los que me enseñaron a ser honesta, y así,
tener respeto a las buenas costumbres y dignidad en los actos y palabras, sin
perder el pudor, y, la honestidad de ser siempre "yo", sin usar "máscaras"
que priven a los demás de lo que pueda dar, pero siempre y principalmente
la honestidad, que me enseñó a usar mis dones con modestia y compostura.
Mis héroes fueron y son mis ejemplos. Porque sus conductas movían
mis sentimientos para que los imite. Para que usara puramente lo que es la ética,
esa reflexión tan necesaria sobre la moral, que me hacía pensar
en lo bueno y en lo malo. Mis ejemplos hacían que yo los imitara, pero
me enseñaban la ética para regalarme la maravillosa
posibilidad de decir "si o no," de crecer bajo mis propios errores.
Me dejaron la libertad para que la descubra, para que me diese cuenta que la
tenía escondida cómo un pichón herido, bajo mis alas sin
atreverme a usarla, por temor al error. Y, descubrí que los errores no
era lo malo y que no, porque los tuviese, no iba a poder seguir sus pasos.
No. El mayor
error hubiese sido resignarme y destrozar todos mis sueños. Mis ejemplos
me dieron la libertad necesaria para que eso ocurriese, pero también
me trasmitieron el buen uso de la ética, para que eso no ocurriese jamás.
Mis héroes fueron y son los que me enseñaron lo que el coraje
era, y cómo usarlo.
Porque ellos me conocían y sabían que no me iba a rendir tan fácilmente.
Sabían que hoy, y todos los días de mi vida, voy a sacrificar
toda rutina que quiera absorberme para cumplir mis sueños. Por eso, me
mostraron como usar esa segura decisión que iba a tomar, y cuál
sería la fuente a la que debía recurrir para alimentar todo el
esfuerzo
de mi ánimo y mi valor. Mis héroes me quisieron tanto, que me
mostraron el coraje como la luz, a la luz como a Dios y a Dios lo descubrí
poco a poco, como la fuente de la fuerza y de la fe.
Todo lo que a mis héroes les tocó resolver a lo largo de su vida,
me afectó. Porque de lejos yo los observaba y aprendía de cada
actitud. Todos los problemas éticos que enfrentaron fueron alimentando
mi moral para que yo actuase como consecuencia de esto.
Mis héroes me amaron y me aman tanto que no les importa nada más,
porque ellos sabían que su trabajo más importante era afectar
para bien, mi vida. Y lo lograron. No porque hoy pueda yo ser una persona honesta,
que sepa afrontar las situaciones con coraje y pueda ser ejemplo para otra persona,
sino, porque a lo largo del camino, me enseñaron a vivir con y por el
amor y me enseñaron a orar para obtener la perseverancia necesaria en
cualquier trabajo que realice. Y, principalmente porque hoy, viven en mi corazón.
Roxana Elizabeth Bavaro
Instituto Padre Márquez
Berazategui, Buenos Aires