En reiteradas oportunidades hemos enfatizado la necesidad de iniciar el proceso de alfabetización científica y tecnológica desde un enfoque integrador , que vincule aspectos conceptuales, procedimentales y actitudinales, en un marco pedagógico que respete los principios de equidad y diversidad.

Educar en la diversidad y la equidad y para ellas supone poner el acento en la integración de saberes para comprender la complejidad humana y la realidad en la que nos manejamos, dentro de un orden natural.

En todo proyecto educativo la integración de la ciencia y la tecnología con otras disciplinas como un todo interrelacionado, en contextos amplios (políticos y sociales), impediría la fragmentación o desarticulación del saber, el aislamiento del conocimiento en compartimientos estancos.

Esto significa la prudente y equilibrada preparación de nuestros alumnos en ciencia y tecnología desde temprana edad, evitando todo reduccionismo y todo determinismo, sin dejar de lado otras manifestaciones del hombre, tales como la comprensión y la producción de textos, la convergencia con el arte y el saber histórico, el sentimiento religioso, la reflexión filosófica, las implicancias históricas, sociales y morales.

Al respecto, el Ing. Horacio Reggini, en una disertación sobre Educación, Ciencia y Técnica, realizada en sesión privada de la Academia Nacional de Educación, el 1 de octubre de 2001, citó a Pascal: “[…] todas las cosas son ayudadas y ayudantes, todas las cosas son mediatas e inmediatas, y todas están ligadas entre sí por un lazo que conecta unas con otras, aun con las más alejadas. En estas condiciones considero imposible conocer las partes si no conozco el todo, pero considero imposible conocer el todo si no conozco las partes”. Más adelante, al destacar la importancia de la ciencia y la técnica en la sociedad, Reggini cita a Sarmiento con palabras pronunciadas en 1870: “Los pueblos modernos son los que resumen en sí todos los progresos que en las ciencias y en las artes ha hecho la humanidad, aplicándolas a la más general satisfacción de las necesidades del mayor número”. El Ing. Reggini, relata dos casos ilustrativos del papel que juega lo aleatorio y lo inesperado en el desarrollo de las investigaciones científicas y tecnológicas. “[…] Morse, inventor del telégrafo eléctrico, no era específicamente un técnico sino un pintor de fama […] impulsor de la fotografía y organizador en 1826 de la sociedad que dio origen a la Academy of Design. Mientras Morse trabajaba en el retrato del marqués Marie Joseph Lafayette, en Washington, obra que actualmente se exhibe en el Metropolitan Museum de Nueva York, a quinientos kilómetros de distancia su mujer enfermaba y moría. La mala noticia demoró siete días en llegarle. Fue su dolor, su pena y no una aséptica especulación teórica, el factor que lo impulsó a pensar en un modo de eliminar barreras de espacio y tiempo e inventar el telégrafo. Otro caso: Alexander Graham Bell, a quien le debemos la maravilla del teléfono, se dedicaba a la educación de sordos y, en virtud de su exhaustivo conocimiento de los órganos auditivos y vocales, en 1873, la Universidad de Boston lo nombró profesor. Paralelamente, esta rara avis crea el gigantesco imperio Bell”.

Consideramos que en el proceso de alfabetización científica y tecnológica debemos mostrar, por analogía, cómo trabaja la Ciencia y cuál es su cooperación e interrelación. En este sentido, podemos mostrar, por ejemplo, cómo las Ciencias Naturales se interrelacionan con Matemática, Lengua, Ciencias Sociales, Expresión Artística. Estas vinculaciones no deben ser forzadas, quedarán a criterio del docente de acuerdo con las posibilidades del grupo que orienta. Es importante destacar que la Matemática nos brinda recursos para expresar las leyes como funciones y relaciones, que es el lenguaje con el que la Ciencia se expresa, plantear diversos problemas matemáticos, de conteo, de estadística y cálculo de probabilidades. Los aportes de Lengua permiten expresar los procesos investigados –tanto en la producción oral como escrita– sobre las actividades que se realizan (trabajos de campo, trabajos prácticos en el aula o el laboratorio) y las conclusiones obtenidas. De este modo, la Lengua nos ofrece recursos para comunicar actividades y hechos específicos a través de la incorporación y uso adecuado de términos científicos que enriquecen el vocabulario del alumno. Por otra parte, posibilita la narración de observaciones y experiencias siguiendo una secuencia lógica, la comprensión y la producción de textos, la expresión en distintos códigos de comunicación. Desde las Ciencias Sociales, se propone un acercamiento a hechos, semblanzas y curiosidades científicas, y despertar el interés por el conocimiento de hombres y mujeres de la Ciencia, posibilita valorar los aportes de investigadores y revolucionarios de la Ciencia al conocimiento científico y tecnológico y a la sociedad. La relación con la Expresión
Artística ofrece nuevas posibilidades para la expresión y la creatividad, utilizando distintos materiales o elementos para expresar lo observado: representación de ecosistemas en maquetas o trabajos en collage, confección de modelos florales y moleculares en plastilina. El análisis de reproducciones de pinturas, esculturas y otras expresiones artísticas posibilita desarrollar una actitud de apertura y sensibilidad hacia las producciones artísticas de quienes supieron percibir y recrear las manifestaciones estéticas del entorno natural y cultural. Se trata de reconocer en las producciones artísticas, alternativas de comunicación, válidas para el campo de las Ciencias Naturales.

Sin duda, la integración de las dimensiones científicas y tecnológicas de la cultura en un proyecto educativo es una tarea ardua, que implica la introducción de nuevas estrategias metodológicas; supone la selección y jerarquización de los contenidos; la capacitación docente a través de cursos, talleres, jornadas, encuentros, seminarios, y el aprovechamiento de los recursos bibliográficos y didácticos disponibles para docentes y alumnos, que coadyuven para la mejor aplicación del enfoque propuesto. En definitiva, es necesario comprender que los efectos de toda innovación pedagógica derivan –esencialmente– de la manera en que son interpretados y aplicados sus atributos específicos, evitando utopías y extravagancias.

Será sumamente grato pensar que avanzamos decididamente hacia el fortalecimiento de una alfabetización científica y tecnológica sobre la base de un programa coherente, que canalice las iniciativas dispersas existentes, que posibilite una adecuada articulación e integración de saberes, sin perder de vista las posibilidades psicológicas de los alumnos.

Prof. Jorge Ratto
Director EGB - Escuela Argentina Modelo