En este artículo nos vamos a referir a la empatía comunicacional y a la autoestima.
La empatía comunicacional es otro de los requisitos de profesionalización para participar activa y creativamente en todo trabajo en equipo que se realice en una institución educativa. Mientras no se logren optimizar las comunicaciones entre los docentes, hasta que no se manejen mejor las relaciones interpersonales poco es lo que se podrá hacer para avanzar en los procesos de transformación institucional. Los buenos resultados no sólo se logran con mejoras académicas o pedagógicas o con un equipamiento adecuado; se alcanzan cuando se levantan las barreras de la comunicación, que muchas veces traban el proceso educativo de una institución.
Por eso, es importante desde la gestión directiva generar políticas institucionales que estimulen el desarrollo profesional y promuevan ámbitos de crecimiento y satisfacción personal. Esto es, crear espacios institucionales para el enriquecimiento personal y profesional de los docentes, como miembros de una comunidad pedagógica. Cito a Monseñor Bergoglio: "espacios donde se cultiva el diálogo, sin eludir la confrontación, buscando siempre más claridad y hondura en la captación de la realidad". En caso contrario, corremos el riesgo de dejar a las instituciones educativas libradas a sus propias limitaciones; en muchos casos, la práctica llega a generar hábitos de acomodación en los docentes, como respuesta adaptativa a las condiciones dominantes de la unidad escolar.
La carencia de un clima de comunicación entre el profesorado, unida al excesivo número de horas para la docencia directa, constituyen obstáculos para la formación docente en servicio que se deben analizar para encontrar alternativas de solución, nunca como excusa o justificación. Se trata de la vertiente humana de la profesión que a menudo ha quedado relegada en los procesos de formación y desarrollo profesional.
Finalmente, queremos referirnos a la autoestima del educador, a la confianza y valoración de lo que está haciendo cada docente. Un buen profesional debe "creer" en lo que está haciendo de positivo y "creer" que todavía es capaz de hacerlo mejor. Si desde la gestión directiva estimulamos a un docente en su capacidad, seguramente aumentaremos las posibilidades de lograr los objetivos.
Prof. Jorge Ratto
Director de EGB de la
Escuela Argentina Modelo |