Abuelos: Un pentagrama llamado sabiduría
Los
caprichos simétricos y egoístas,
que nos alejan de nosotros mismos
y nos obligan a correr demasiado rápido...,
ya no se apoderan de sus amaneceres...
Pues ellos, como notas melancólicas
se suspenden en una realidad más profunda:
Mientras que la fuerza encantadora de sus espíritus,
supera los límites sentidos de su debilidad corporal.
Los caprichos simétricos y egoístas,
que nos alejan de nosotros mismos
y nos obligan a correr demasiado rápido...,
ya no se apoderan de sus atardeceres...
Y los duendes acogedores de la nostalgia,
navegan por el océano de sus añoranzas:
Ellas,
sueñan con las flores...,
de la próxima primavera;
mientras que ellos,
definen románticas melodías...,
en el pentagrama de su sabiduría.
Ellas y ellos,
conviven bajo la ternura
de un cariño sereno y estremecedor
que atesoran con respeto,
en el cofre de sus almas...
Y ya no escriben para enamorarse,
pues hace mucho tiempo
que viven enamorados...
María Inés Abarrategui Fernández
Universidad de Buenos Aires
Capital Federal