AMOR + UNION + TOLERANCIA = FAMILIA
RECORDANDO A TITI.
Septiembre
florece. Acaricio tus manos, las retengo entre las mías y te miro dormir.
La noche fue larga, el silencio del hospital me permitió rememorar pasajes
de la historia de mi vida que compartí contigo. Fueron tantos señora,
tantos y tan lindos.
¡Cuánto aprendí de tu conducta! ¡Cuánto te
quiero, vieja mía! Una de las mejores cosas que me pasaron fue el haberte
tenido a mi lado.
Me cuidaste de bebé, me presentaste la lectura como uno de los mejores
entretenimientos, ¿Te acordás?, nos acostábamos tempranito
para leer: Vos los diarios, los libros y revistas; yo, cuentos infantiles que
me ibas regalando, y que de tanto leerlos ya me los sabía de memoria.
Conocí a seres desaparecidos mucho tiempo atrás y hechos increíbles
de tu infancia que me contabas con nostalgia. Hoy estas cosas las tengo incorporadas
y las cuento con orgullo, es una forma de transmitir la historia familiar de
boca en boca.
Me enseñaste a amar la tierra y los animales. No había salido
el sol cuando las dos, de la mano, nos íbamos al campo a buscar las vacas
para ordeñarlas, después, desayunábamos esos tazones grandotes
llenos de leche con café y mojábamos el pan.
Te miro y las imágenes siguen sucediéndose en mi mente. Las sábanas
blancas y calentitas, secadas al sol y almidonadas, meterme en esa cama y acurrucarme
a tu lado, en verano un mosquitero de tul nos cubría. Te estás
yendo para siempre, pero esto, los recuerdos, que quedan conmigo, es la mejor
herencia que podés dejarme.
Ahora estoy aquí, a tu lado y te miro. Y hoy soy yo quién te cuida,
te cambia la ropa, te da de comer en la boca, te perfuma, te mima y te abraza.
Lo mismo que hacías vos conmigo tantos años atrás. Y me
pregunto ¿cuántos conocerán el placer de haber tenido una
abuela? ¡Cuánto representan estas personas en la vida!. A través
de ellos conocemos a nuestros antecesores, por sus memorias revivimos las historias
sociales y políticas de los pueblos, vemos los cambios de las conductas
humanas y más, son quienes nos malcrían y miman.
Me estás mirando. No podes hablar, pero tus ojos me dicen tantas cosas.
Y pienso: principio y fin, nacer y morir. Estos extremes están unidos
por las mismas necesidades: amor, atención, cuidados y compañía.
Lo que uno siembra, es lo que va a recoger cuando parta y sé que la abuela
está cargando un gran carro, tal vez no le alcance y necesite otro, ¡hay
tantas cosas lindas que se tiene que llevar!
Cristina Marianela Weimer
Colegio Modelo Abraham Lincoln
Capital Federal