Mi abuelo: Un hombre responsable
Mi
mamá me cuenta siempre que mi abuelo Anselmo, se dedicó a la pintura
muchos años de su vida. Lo llamaban de tobos lados para pintar; grandes
chalets, departamentos, etc. Cuando era joven iba siempre en bicicleta con su
carrito atado atrás del asiento, siempre silbando y contento, pues hacia
lo que el quería y lo que a él le gustaba. Se
preocupaba por los más pequeños detalles sin importarle si eso
le hacia perder dinero u horas de más. Tampoco le interesaba si era invierno
y tenía que trabajar a la intemperie pintando algún alero; ó
si eran esos días tan calurosos donde se bronceaba sin estar en el mar
o en una pileta.
Más tarde cambió su vieja bicicleta por una camioneta usada. La
mayoría de las veces trabajaba con un ayudante con el que compartía
algunos mates a mitad de mañana.
Al mediodía regresaba a almorzar y salía nuevamente hasta la tarde.
Ahora tiene 75 años y por la calle a mi mamá le suelen preguntar
si todavía mi abuelo trabaja, ahora él es el ayudante, pues su
físico no le responde para subir escaleras; hace trabajos chicos. Todavía
su nombre es una garantía, pues el que lo llama tiene la tranquilidad
que el trabajo va ha estar bien hecho.
Pues cuando al trabajo se le suma responsabilidad y a ésta se le suma
excelencia, el resultado va a ser Calidad, y eso es lo que hizo toda su vida
mi abuelo Anselmo.
Marcelo Blanc
Inst. Apostolado Católico
Turdera, Buenos Aires