SINCERIDAD + HUMILDAD + INTELIGENCIA = SABIDURIA


Hablar de sabiduría:
difícil en estos tiempos
Más voy con suma alegría
a daros un buen ejemplo.

Voy a contar la historia
de un hombre particular,
que supo alcanzar la gloria,
más no se dejó adular.

Tuvo muchos enemigos
que quisieron derribarlo,
pero esto que aquí os digo,
no hizo más que alentarlo.

En un ranchito sediento
el mundo le abrió los brazos,
y él desde el Nacimiento,
correspondió el fuerte abrazo.

De la humildad hizo escuela,
con esfuerzo y coherencia.
Su vida dejó secuelas,
su muerte fue nuestra herencia.

De niño ya era Maestro,
al pueblo a sus pies postró;
y su futuro fue el nuestro,
él mismo nos lo mostró.

Prodigiosa inteligencia,
los Cielos le concedieron,
y él formó a plena conciencia,
a los que lo sucedieron.

Su precoz sabiduría,
que aumentaba con los años,
molestó a una mayoría,
y a otros resultó extraño.

No le escapó al ayuno,
cuarenta días del año;
buscó el regreso de uno,
y no a los cien del rebaño.

Quienes no lo comprendieron,
o no lo quisieron ver,
muerte darle pretendieron,
más lo hicieron trascender.

Inmortal desde su cruz:
el sacrificio supremo,
desde allí creció su luz
más allá de lo terreno.

Sabiduría, conciencia...
Las recibe el que está listo:
nos dejó como herencia
Nuestro Señor Jesucristo.


Federico Böttcher Sorondo
Universidad Austral
Bella Vista, Buenos Aires